Dos precursores de la escritura: cuentas simples y complejas
Texto: Dos precursores de la escritura: cuentas simples y complejas (1991)
Autora: Denise Schmandt-Besserat, arquóloga francesa-americana, especialista en Medio Oriente.
Grupo: Mariana Dalpino, Sofía Maidana, Paula García Mazza
Resúmen:
Antes de la invención de la escritura sumeria, a fines del cuarto milenio a.C., en Medio Oriente se practicaba la contabilidad por medio de pequeños objetos de arcilla de diversas formas llamados “cuentas”, que simbolizaban cada uno una mercancía en particular.
El sistema incluía dos tipos de cuentas: unas “simples”, las otras “complejas”. Aunque eran similares en muchos aspectos, tenían apariencias, cronologías, extensiones geográficas, significados y funciones diferentes.
Cada tipo de cuentas dio origen a un tipo diferente de signo en la escritura sumeria, y puede ser considerado como un precursor distinto de la escritura. La clave para el desciframiento del código de las cuentas proviene de la escritura sumeria que derivó de ellas. Parece ser que las cuentas simples y complejas se referían a distintos tipos de bienes: las primeras representaban productos del campo, mientras que las segundas representaban bienes manufacturados en centros de templos urbanos.
La dualidad de nuestro propio sistema de escritura, que utiliza numerales (ideogramas) y letras (signos fonéticos) estaba presagiada ya en el primer mecanismo de contabilidad, que utilizaba cuentas. Las cuentas simples y los signos impresos produjeron el uso de numerales abstractos, mientras que las cuentas complejas y los pictogramas incisos, , evolucionaron lentamente hacia la adquisición de valores fonéticos.
El sistema de las cuentas es una prueba material de que contar, por más intuitivo que parezca, no es espontáneo sino cultural y debe ser aprendido.