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Guion Literario del Trabajo Final.

Hace nada menos que 68 años Orson Welles y la CBS marcaban un hito en la relación entre prácticas humanas y dispositivos o soportes discursivos. Aquel 30 de octubre la audiencia radial de Estados Unidos se sacudía cuando un noticiero narraba en clave ficcional la caída de meteoritos sobre la Tierra. Estos meteoritos cargaban naves marcianas que derrotaban a las tropas nacionales con rayos de calor y gases venenosos: lo que se escuchaba era pura ficción y correspondía a novela de otro Welles, Herbert George y su nombre, para nada sugestivo “La guerra de los mundos”.

El devenir de la historia marcó invasiones parecidas, pero siempre entre hombres y donde el ejército norteamericano, generalmente, resultaba vencedor, pero dejémonos de politiquerías pasadas de moda: hoy nos convoca algo realmente importante, Internet y las prácticas que suscita en sus usuarios (que difieren de aquellos crédulos que se suicidaban en masa medio siglo atrás).

Como puntapié del tema a tratar, mencionaremos una rápida cronología acerca de la historia de la red de redes y su transformación y de las prácticas que el individuo social lleva adelante en la actualidad.

 Lo que hoy conocemos como Internet, ese espacio virtual donde es posible alojar información y compartirla con una infinidad de usuarios en tiempo real y simultaneo, encuentra su origen en un experimento en el año 1969 entre científicos de dos universidades estadounidenses, los cuales lograron conectar dos ordenadores a través de una línea telefónica conmutada de baja velocidad.

Ese mismo año el Departamento de defensa de los Estados Unidos, crea ARPA NET, una red de computadoras conectadas a trabas de una línea telefónica, destinada a suplir el intercambio de información para diferentes organismos del país.

Pero el avance fundamental que daría paso a lo que hoy conocemos como “Web”, se dio cuando en 1990, la Organización Europea para la Investigación Nuclear en Ginebra, creo el lenguaje HTML, generando a su vez el primer cliente web llamado World Wide Web(W.W.W) y el primer servidor.

 

 

 

 

A fines de los 90 y con la acelerada masificación de las computadoras personales y los avances tecnológicos que permiten una conexión rápida y relativamente accesible a determinados sectores sociales han modificado las prácticas de los usuarios 2.0.

 

La proliferación de dispositivos de comunicación como celulares, iPods, mp3, mp4, netbooks,  se combinan con herramientas de la web produciendo y reproduciendo contenidos constantemente.

 

El usuario consumidor y pasivo de los grandes medios masivos se convierte paulatinamente en productor activo de los contenidos que se consumen en las redes.

 

Los contenidos ya no son masivos sino que existen pequeñas comunidades donde convergen intereses específicos. Esto marca un quiebre respecto a las formas de recepción y que proliferaban en la década pasada. Por ejemplo, un aficionado al cine independiente que antaño necesitaba acceder a publicaciones específicas, grupos de debate u organizaciones culturales referidas al tema que le permitiesen conocer nuevos contenidos o festivales de proyecciones generalmente sectarios y selectos.

 En la actualidad, basta googlear (acción de utilizar el buscador web llamado “Google”)  “cine independiente” para contar con 2.240.000 entradas relacionadas. Como se ve, pasamos de un usuario que debe esforzarse por conseguir la información a otro, cuyo esfuerzo está en la “organización” y la “selección” de un corpus informativo inabarcable.

 

El mismo ejemplo sirve para graficar la producción de contenidos. Una cámara digital o un celular permiten producir contenidos audiovisuales que pueden editarse con el uso de programas fáciles y gratuitos: lo que antes requería tiempo y dinero hoy necesita solo ingenio y una estrategia para llegar a todos los usuarios que el productor considere (mediante el uso de blogs, redes sociales, Twitter, chats o correo electrónico).

 

Pareciera que la red de redes abre un nuevo espacio – aparentemente más democrático – donde pueden coexistir contenidos distintos e incluso ideológicamente opuestos: cine independiente y producciones taquilleras, autores novatos y enormes directores consagrados, académicos expertos y aficionados casuales.

 Esto último genera que prácticamente todos los usuarios de internet, tengan acceso a poseer un espacio propio donde poder no solo recibir y compartir, sino también producir información, convirtiéndose de esta manera de consumidores pasivos a productores de activos que generan y modifican contenidos.

 

La penetración de esta nueva tecnología en las vidas de los individuos y en sus prácticas sociales ha alcanzado proporciones inimaginables, desde su aplicación en el ambiente laboral, su uso como herramienta de educación, el protagonismo como nuevo medio masivo de comunicación, y la aplicación en diferente actividades referidas al ocio como el consumo de diversos contenidos como música, películas libros online, etc.

 

En el desarrollo de la última década, el usuario de internet, ha evolucionado al mismo tiempo que la tecnología lo ha hecho. Pero esto no significa que los consumidores de este nuevo medio de comunicación, hayan acompañado pasivamente esos cambios y desarrollos, sino que por el contrario han sido estos últimos los que mediante el uso que han hecho de ellas, marcaron la tendencia de los cambios a producirse dentro de la web y sus estructuras de información.

 

De este modo, podemos observar como en el siglo XXI, se ha roto con la antigua teoría de la comunicación que presentaba a dos actores, por un lado el Emisor y por otro el Receptor; postulando un mensaje el cual corría en una sola dirección y en un solo sentido siempre hacia el Receptor, sin respuesta de este ultimo.

En la actualidad, el receptor no solo modifica la información que recibe sometiéndola a análisis, evaluaciones y aprobaciones, sino que se ha convertido a la vez en productor de contenidos,  cumpliendo en un mismo individuo el rol de dos actores; Emisor y Receptor.

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